Por: Margarita Brito Francisco
“Mi mayor satisfacción es ser reconocida como una marca de identidad caribeña”, dice la reconocida diseñadora dominicana conocida en las grandes pasarelas por sus diseños Prêt-à-porter
Con 33 años de experiencia, esta artista de la moda, cuyas creaciones destacan la dominicanidad, señala que su propósito inicial fue fortalecer la identidad a través del diseño, honrando tanto a la mano de obra de los artesanos locales, como a los materiales utilizados.
“Admito que esa identidad nos ha ayudado como referencia en marcos internacionales, pero no es la única fórmula. La calidad, el sentido de la perfección, el respeto al cliente y una oferta creativa constante de un lineamiento definido, ayudó mucho también”, señala ante la pregunta sobre la clave para abrir la puerta hacia el mercado internacional.
Sus inicios pusieron a relucir la confianza en su talento y el atrevimiento de la juventud, cuando apenas siendo una adolescente, encontró un local disponible en un hotel de la ciudad de Santo Domingo, y allí puso la mira y su atención para abrir su primera boutique. Con todavía poco experiencia en el mundo del negocio de modas, logró convencer a su padre de la hazaña por realizar, y este, con ojos cerrados, respaldó moral y económicamente la decisión de la joven Polanco. El resto, ya es parte de una destacada historia en el mundo de la moda dominicana.
En sus propuestas, que presenta regularmente en diversos escenarios, la conocida diseñadora se reinventa para estar siempre a la vanguardia, sin perder el estilo que la caracteriza.
“El artista y el creativo como yo, siempre está en proceso de evolución. Si llega, ¡se estanca! Siempre hay algo nuevo que experimentar. Me falta mucho por hacer”, dice.
Las creaciones de Jenny Polanco abarcan una gran variedad de vestidos, blusas, pantalones y otras prendas donde le predominan el color blanco, con detalles en ámbar y diversos materiales propios de la isla, adecuados para el clima tropical. Además, incluyen hermosas carteras y accesorios de diseños exóticos y caribeños que complementan a la perfección con la vestimenta.
La diseñadora posee una afinidad visible e innegable por el color blanco en sus colecciones. “El blanco es mi color fetiche. Me encanta. Es luz, pureza, transparencia… Pero me gusta experimentar con el color. Ahora ando en los rosas, y por ahí toda una sinfonía de azules nunca antes trabajados por mí”.
Es práctica, pero le fascina la elegancia
Recientemente, en un espacio para el arte reabierto en la Ciudad Colonial, Jenny Polanco presentó una colección sencilla, con cuatro piezas básicas combinables y con texturas frescas, las que continúan marcando su airada estampa de delicada sencillez y elegancia.
Al hablar sobre la misma, señala que es una persona muy práctica, pero que le encanta la elegancia de la naturalidad.
“Luego de años trabajando en la búsqueda de un tejido sintético de buen tacto y caída, llegamos a ese poliéster satinado lavable y manejable, excelente opción para un sistema de vida rápido como el que llevamos”, señala sobre la elección de sus telas.
Conocedora del cuerpo femenino, la diseñadora aconseja a la mujer de talla grande no acentuar las curvas, mientras que a las bajitas de estatura les recomienda mantenerse delgadas para equilibrar sus proporciones, y no llevar diseños recargados.
La moda está en vías de desarrollo al igual que el país
A pesar de que considera que la moda en República Dominicana ha avanzado mucho desde sus inicios y que hoy el profesional del diseño disfruta de un respeto que antes no existía, además del incremento en el número de diseñadores, Polanco señala que la industria de la moda está como el país: en vías de desarrollo.
“Necesitaríamos más apoyo gubernamental, credibilidad de los inversionistas en el renglón y educación técnica, para capacitar obreros de la industria con alta consciencia de la calidad. Pero, indiscutiblemente, hemos avanzado”, subraya. Y aconseja a los diseñadores que comienzan que trabajen duro, con constancia y dedicación y mucho amor a lo que producen.
Jenny destaca que, por las razones expuestas, los diseñadores locales no reciben el respaldo gubernamental y privado que requieren, y advierte que se debería revisar el programa de Colombia como país productor, y su apoyo a la pequeña y mediana empresa.
Considera una gran herramienta de desarrollo la creación del Instituto de la Moda de República Dominicana, para lograr una “ley de la moda”, y desarrollar un plan coherente que le permita despegar al sector.
La reconocida diseñadora, madre, abuela, cuenta con una familia que la apoya que le apoya incondicionalmente. Se define como curiosa y expresiva. Le caracteriza un espíritu jovial, inquebrantable a través de los años: “Soy una mujer de casi 60 años con dos hijos a los que adoro y una nieta recién nacida. Que no comprende la vida sin el incentivo constante del placer y el disfrute de los episodios más sencillos. Amante del arte en todas sus expresiones. Sencilla. Que disfruta mucho sus relaciones, sus amigos… y a mi país.”
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